El Ayuntamiento hispalense junto con la colaboración de la empresa municipal de limpeza, Lipasam, organizó el pasado 25 de octubre un concurso de grafitis sobre contenedores de vidrios. La temática de concurso giraba en torno al medio ambiente y la sostenibilidad.
Con esta iniciativa se pretendía resaltar de una manera original la importancia que tiene la separación de los materiales. Fueron 30 los contenedores que sufrieron un lavado de cara en manos de numerosos artistas que previamente tuvieron que presentar a la organización del concurso un boceto. De todos aquellos que se presentaron sólo fueron elegidos los 30 grafiteros con las mejores ideas entre los que destacan: Aryz, Dibo, Yubia, Joe, Logan, San, Roris, Axel, Slk y Tina.
Los participantes contaban con 9h para realizar su obra en el contenedor de vidrio asignado. A primera hora de la mañana, la organización les entregó el material cedido por la famosa tienda Montana y les otorgó a cada uno un asistente para la atención al ciudadano, entre los cuales me incluyo. Para mí fue una experiencia única puesto que era la primera vez que asistía a la realización de un grafitti, y menos sobre un contenedor de vidrio (una dificultad añadida si tenemos en cuenta la superficie de estos).
Wen fue el artista que tuve atender durante todo el día. Con el tuve tiempo de cambiar impresiones acerca del mundo del grafiti, me enseñó algunos nombres técnicos de los diferentes materiales que estaba utilizando, charlamos acerca de nuestras vidas y bromeamos un rato. A lo largo del día, tuve tiempo para observar la reacción de la gente que se quedaba parada mirando con un gesto de sorpresa como Wen pintaba de forma alegre y serena un contenedor de vidrio. La mayoría de la gente le felicitaba y le daba ánimos, hacían fotos a su obra e incluso llegaron a pedirle su número de teléfono para que fuera pintarle su casa. Si hubo una reacción adversa no fue de ningún viandante, sino de un policía que a las nueve de la mañana se dirigió a nosotros con ganas de ponernos una suculenta multa. Parece mentía que siendo el Ayuntamiento quien había organizado el evento no hubiese informado a las autoridades. En fin, con buena mano se le explicó que se trataba de un concurso y todo quedó en una simple anécdota.Aquí os dejo algunas fotos de la obra de Wen paso a paso:
El resultado final fue un árbol construido a base de gusanos y botellas, que según el autor "quería representar un combinación de la materia viva junto con la materia muerta".
Mientras Wen pintaba, los demás compañeros seguían desarrollando sus obras en diferentes emplazamientos a lo largo de la calle Torneo, entre las calles Calatrava y Alfonso XII, Reyes Católicos esquina Paseo de Colón, calle Julio César, calle Adriano esquina Antonia Díaz, San Pablo esquina calle Cristo del Calvario y calle Bailén, Plaza de la Magdalena esquina calle O´Donell, Plaza del Museo, Campana, Hernando Colón esquina Plaza de San Francisco, Plaza de San Francisco esquina calle Francisco Bruna, Entrecárceles esquina Álvarez Quintero, Martín Villa junto al pasaje Francisco Molina, calle Laraña junto a la Facultad de Bellas Artes, Plaza de la Encarnación y calle Imagen.
Después de un día largo de trabajo, los participantes fueron convocados a las 20:00h en el Centro Cívico de la Sirena (Alameda de Hércules) donde el jurado comunicó quienes eran los ganadores de 1.500, 1000 y 600 euros.
La exposión de estos contenedores se mantendrá a lo largo de varios meses por las difrentes calles sevillanas.
